Enfurecido, volví al lugar donde fui atacado, con sed de venganza y el peso de una pistola. Lo vi y avancé contra él. Pero no sirvió de nada. Recién en ese momento tomé conciencia de estar muerto. Apenas era un fantasma.
Carlos Feinstein -Argentina-
Publicado en Ficciones Argentinas
No hay comentarios:
Publicar un comentario