miércoles, 9 de enero de 2013

FAMILIA UNIDA


Ellos no saben de mí, yo no sé de ellos. Pretendo conocer sus nombres, para que no sospechen nada. Son extraños que se dibujan en mi pared cuando duermo, cuando estoy despierto. En la comida llegan y me anuncian lo improbable. Mi mujer también los ignora. Yo dudo de estar casado con ella. En ocasiones mi hijo me recuerda mi inexistencia. Para el final del día, el abuelo que nunca estuvo dice que mañana no estará aquí. Lo miramos sorprendidos, pero nadie se anima a decirle que no nos importa lo que haga.
De hecho, pocos de nosotros sabemos quiénes somos y de un momento a otro, la casa se caerá aplastando la mayor parte de lo que puede o no que esté adentro.

ALEJANDRO BENTIVOGLIO
Publicado en el blog memoriasdeldakota


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