Como cualquiera tuve mis problemas,
más no sentí el vencimiento,
he tenido el criterio de no lamentarme
como cualquiera.
Llegué a sentir dolor profundo,
a conocer la imprudencia,
conocí el error,
que me hizo llegar a tantas verdades,
levanté mi fe, mis sueños y tristezas,
con el valor da cada una de ellas,
conquistando el amor y la vida
sin sentir remordimientos,
tuve la razón como cualquiera.
ARMANDO ARZALLUZ
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