Siempre tú.
Cuando en la noche
me envuelve mis sueños
y tus lindas pestañas
semejan abanicos
de ébano,
puedo escuchar
los latidos de tu
corazón inquieto
y reclinar tu cabeza
sobre mis pechos,
diera alma mía
cuánto poseo
centelleando mis ojos
y mis pensamientos
apasionados.
Cuando se clavan
mis Ojos en los tuyos
y mis labios
te balbucean
el amor que te tengo...
¡Diera alma mía!
Mi oro,
mi gloria,
mis gemidos...
Cuando te callas
y tu aliento se apresura
sobre mis mejillas
me haces estremecer
brillar mis ojos,
¡profesándote mi amor!
fe hacia ti...
¡uniendo nuestras manos los dos!
Marina Peralta Ortiz -Granada-
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