Caminando con mi guitarra inseparable,
solfeando con melodías de recordación,
cada nota, cada cántico, cada recuerdo,
¡un verso es la gran vivencia iluminada!
Percibo el panorama, nublado de ilusión,
¡rayos y centellas!,¡mundo sorprendido!,
el rumbo es aventurado y muy ambiguo,
oscurecido con toques tan hipnotizados.
¡Qué destino tan intratable y desatento?,
un mundo farsante y dominado de furor,
solo mi vihuela, me acompaña divertida.
Sin ella, la caminata sería más aburrida,
¡guitarra mía!, tus cuerdas son mágicas,
la armonía sea: ¡eco del valle infecundo!
Julio César Portella Medina -Perú-
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