VIVES A TU AIRE Y A TU LIBRE ALBEDRÍO

-Añoras la indiferencia que es un punto de luz-
te alimentas y bebes de tu memoria
como otros beben de las fuentes cristalinas,
de las liturgias, te evades por esta cima...

Después de mucho pensar y escuchar
sin poner mucha atención a tanto memo...
que te aconsejan gratis y sin tú pedirlo,
pues tú vives a tu manera y a tus vientos...

Ahora vives despacio, sin intimidaciones,
sin que pueda la noche ganarte en sutileza,
ni la muerte en sigilo...
y yo tu amigo te comprendo y te bendigo.

Tú eres el clásico hombre que no has salido nunca
de los alrededores de tu fiel y sorda sombra,
el que se ha hecho perdonar y respetar
por la nieve y por tus amigos...

El que anda siempre por las habitaciones
y por las calles preservando siempre la sustancia
de tu felicidad y haciéndote respetar por los demás;
vives entre el agua, el monte, la niebla y las grajas....

El que para hacerte valer en la sociedad
y guarecerte de los demás, necesitas demostrar
todo y a todos lo que eres y lo que has sido;
recordando con palabras y hechos
cada día por vivir y ya vividos...


RAFAEL CHACÓN MARTEL