Te diré lo que tu curiosidad requiere y con insistencia quieres que te cuente de mí, te contaré lo que mi mente guarda desde con baja guardia te encontré a ti o el destino lo quiso así.
Te pienso, ¡claro que te pienso! desde que despunta el alba hasta que la luna redime al sol,
La forma en que te pienso es contradictoria lo que la vuelve seductora y provoca desazón.
Eres como ese volcán a punto de estallar al apenas tu boca rozar, hay en tu mirada una dulzura infinita que me pierde en calma crepuscular, la suavidad de tus manos y la fuerza de tus caricias recorren mis contornos con premura pero sin prisa como espuma que se va.
Vives con intensa pasión sin perder instante en alguna distracción porque la vida es corta dices pero igual te contradices cuando hacemos el amor, despacio sin prisa, tu aterciopelada firmeza cobija mi presteza dejando las horas pasar sin pensar en terminar, te tomas tu tiempo dándome el mío murmurando a mi oído "tuyo soy, cuando vengas vengo yo".
Te extraño, vaya que te extraño!
Y aunque sabes de mis sentimientos, libre eres de ir y venir porque a seres como tú no se les puede pedir más de lo que logran dar.
Tienes tu espacio y te doy tu libertad, será por eso acaso que luego de tus largas ausencias basta un pretexto cualquiera para volver a mis brazos sabiendo ambos que a la primera mis labios vas a buscar porque sabes que sin que yo lo dijera atrapado en ellos estás.
María Villicaña
No hay comentarios:
Publicar un comentario