Tarde noche, lluvia, viento y truenos. Triste y doloroso olvido, triste y doloso recuerdo y desesperanza. Te pierdo en el camino de la soledad infinita. Sin asperjar tu alma con mis acuosas lágrimas y mis hondos suspiros que fallecen de amor al no alcanzarte.
Sólo, sin sombras, sin sueños y sin deseos me diluyo en mis entrañas hasta convertirme en estatua de metal y de salitre.
A lo lejos, la bruma se asoma repentina hasta chocar con la retina de mis llorosos ojos.
Antonio Fco. Rodríguez Alvarado
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