Se congelan en tu alma
cual tatuajes de hielo,
es el frio que llega
peregrino y se queda,
con suspiros que brotan
en insomnios perennes;
golondrinas que nunca
traerán un verano.
Golondrinas de luto
que oscurecen tu sino.
Son inviernos cautivos
de las penas del alma,
son profetas de biblias
con Adanes que sufren
y congelan sus días
en oscuros silencios.
Son poetas que se hacen
en sufridos caminos
y que lloran en letras
las perfidias del mundo.
Son los gritos del alma
que le dan a la vida,
son suspiros que el viento
va guardando en sus días
Raquel Alejo -Perú-
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