De la locura extraigo razón,
de la lejanía arranco cercanía,
del silencio el grito sincero,
de las letras sentimientos sin
prosa ni pretensión, del pensamiento
rebelde desentierro imaginación
virgen, con inocencia de romance
tierno, en la moneda del amor
no hay cara ni escudo, el porque
seduciendo y el como desafiando
en el sube y baja del tiempo.
En tus ojos cerrados veo
la mirada más profunda,
en tus labios callados
escucho murmullos confesando,
en tus manos empuñadas
siento las caricias más
ardientes, en la quietud
de tu sombra encuentro
la agitación de tu alma
bailando, en la moneda
del amor el fuego es agua
incendiando y el agua
es fuego apagando.
Del tu cálido suspiro
desnudo deseos vivíos.
En tu risa inocente hallo
los besos cautivos.
De tu mirada suave nace
la fuerza de mi debilidad.
En tu piel tersa yace el placer
fiero que deseo.
En la moneda del amor
giran nuestras almas, cara
o escudo será el mismo sueño,
realidad y verdad cayendo
en mismo tiempo, tus labios
y mis besos coincidiendo.
Luis Emilio Tigüilá Robles -Guatemala-
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