lunes, 18 de junio de 2018

ESPERANDO A PAPÁ...


Esta mañana es diferente en todo.
Bien podría ser jueves o lunes
pero menos el día de hoy.
Aquí estamos mis hermanos y yo,
adivinando que nada es cierto
y esperamos a alguien que tarda,
alguien que tal vez no existe.
En la estación
el aire frío se nos metió en los bolsillos,
y la desesperación nos llega
como aburrimiento a los ojos.
Me enfada pensar que tendré
que decir a mis hermanos
que papá de nuevo no vendrá,
que yo sabía que él no llegaría.
Después de animarlos a venir,
mintiéndoles que él traería
juegos y regalos para ellos.
Ahora los tengo a todos en contra
y sin hablar regresamos a casa.
Mi madre nos mira entrar
y tirar las gorras sobre las sillas.
Sus ojos saben lo que mis ojos sabían
que él nunca llegaría.
porque tal vez ya no existe
como marido para ella,
ni como padre para nosotros.
Callada nos empezó a servir
su guiso de puchero.
A los más molestos les sirvió más.
Miro por la ventana al día doblarse.
y a mi madre sobre la maquina de coser.
Pienso que en realidad no tengo
otro padre como mi madre…
Aún estaba oscuro y pude verlo.
Mi padre muerto vino calladito,
me dejó dos cobijas y una almohada.
Y se volvió a morir, como solía irse
por unos días, meses o años.
Sólo que esta vez se fue de pulmonía,
y mamá y yo sabemos que para siempre.

Carlos Posadas -México-

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