martes, 19 de junio de 2018
ERUPCIÓN
Estrepitoso rugido de la mole,
al parir la lava en sus entrañas,
en cada contracción cimbró la tierra,
cual esfinge de piedra,
y tortuosa cavidad de azufre y fuego.
Volcano de fuerza desmedida,
de enrarecido aroma en el aire,
demoledor de mineral fundido,
que exhala su vomitar de fuego,
y ceniza condensada,
cual niebla densa, candente y peligrosa.
Montaña incandescente que ¡vive!,
cíclope natural, ciego y vibrante,
que derruye lo sembrado y lo viviente,
en su condición natural de poder irreverente.
Hoy ha parido la mole,
ríos de ceniza y magma ardiente,
metales derretidos en el hedor de azufre,
minerales gestados naturales,
se han llevado la vida de seres inocentes,
en el proceso “gestante”de la vida del gigante.
Tengámosle respeto y no miedo,
no hurguemos en su corazón de fuego,
pongámonos a salvo de su furia,
no le desafiemos,
porque su erupción incierta,
impredecible,
pudiera anquilosar y detener un pueblo.
Hortencia Aguilar Herrera -México-
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