Es la piel y no los años
lo que vamos abandonando
como equipaje inservible,
por el viaje de la vida.
Tú, que me decías siempre:
tómame en tus brazos
y no me dejes caer. Te necesito.
Ahora no aceptas el milagro
de decirme: te quiero.
Te ha tomado la costumbre
de ahogar las palabras
y alargar el camino corto
del sentimiento.
Siendo el amor el idioma
que menos palabras requiere.
Eres el mismo milagro
de ternura y egoísmo,
tristeza y felicidad
inquieta y serena, burlona y seria.
Cómo quedarme amor y cómo irme,
cómo estar sin estar.
Para continuar respirando
sólo basta que me digas
tres palabra: aún te amo.
Carlos Posadas -México-
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