Dicen que cada cosa
se parece a su dueño.
Este vaso no leyó a Gorostiza:
se concreta a contener
el líquido que a uno
le venga en gana verterle,
sin importar color,
sabor, temperatura.
Es apenas conjetura
si al posar nuestros labios
en su transparente superficie
da gracias o maldice.
RUBÉN HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ
Publicado en Ágora
No hay comentarios:
Publicar un comentario