Mi corazón
enloquece
de alegría inaudita
cuando alguien le dice
que pronto volverá a casa.
Porque diez años
es demasiado tiempo
olvidado entre los estantes
de una biblioteca
en el viejo mundo,
mientras la vida,
el puerto y las cien voces
esperan el momento
exacto
de abrazar con ternura
la vuelta de un hijo
que nunca ha sido
pródigo.
Jimena Antoniello Ligüera -Uruguay-
Publicado en suplemento de Realidades y Ficciones 69
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