Mi cadena tiene fuertes grilletes,
eslabones con furia y trinchete,
tan férreos y singulares como fríos,
tan ejemplares como la sensibilidad,
tan limpios de honestidad,
tan fieros y altivos como la hostilidad,
pero tan humanos como los tuyos o los míos.
Mi prisión es tan blanca como fantasmas,
liviana y pesarosa como suaves sábanas,
mordaz y juguetona cual precoz infante,
punzante y delicada como un tallo con rosas,
más cual el ramo en un enjambre,
me pinchó en el cuerpo y el alma
cuando apenas lo acariciaba.
El clima de esta dulce-amarga cloaca
(mi cárcel es aseada pero desesperante),
vibrátil ruido de risas alegres,
cúmulo de llantos solitarios aparte;
lejos donde no llega nadie,
soles imperiosos de albahaca,
compañías retrasadas de la gente
y soledades impetuosas de plenitud,
luz oscura que alumbra sí estás tú.
Mi prisión es amarte,
mi cadena es alejarme de ti,
pero con el sabio sabor de vivir,
vivir pensando en ser feliz
con el cadalso tan sutil
de no querer soltarme nunca;
de eso, usted que tiene gruesa nuca,
ha sentido esta condena
pero se alegra con la pena
al vivir la flor de amar con fe intensa…
Su condena es compartida
ya que la suya es similar
pero diferente como la mía;
sin embargo no nos cansamos
(a algo, alguien abstracto o real)
de poderlo Amar.
ALAN OSLON (ALIDES ANTONIO LONDOÑO OSORIO) -Colombia-
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