Por la calle Oxford vi un revuelo
de rostros
bellos, de cabellos sueltos y de
piernas,
como un intenso retrato citadino,
entre la brisa
y el glamour de los negocios con
ofertas,
o como si la vida fuera eso en su
marcha,
o como si el ayer hubiera sido
olvidado
o clausurado. Por la calle Oxford
todo
continuaba en su ritmo y en su
brillo
–un presente incesante que se
hacía de un lugar–,
y yo, que venía avanzando por la
acera
mientras fumaba un cigarrillo,
pensaba
en las atestadas estaciones de
subte
a medianoche, en los hombres
heridos
y en los niños desconsolados de
la guerra.
Del libro Dos cigarrillos para Eliot de
Eduardo Dalter -Argentina-
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