Cuanta calma hay en sus besos,
cuanto amor en su mirar,
cuanta fuerza hay en sus brazos que
se niegan a soltarte.
Avecilla enjaulada en un cubo de cristal
que quiere abrir sus alas y volar;
Aguas mansas cansadas de estar quietas
que desean irrumpir con violencia hasta llegar al mar.
Un corazón que galopa sin frenos y que tiene fuego
abrasivo en sus venas, pero solo encuentra
hielo en esos ojos cuando la miran.
Un amor que solo entibia sus sábanas, haciéndola
morir lentamente y sin piedad de frío.
Más leña desea en su hoguera para calmar con sus
temblores las pasiones que habitan por debajo de su piel
Mora en el cuerpo de una bestia en celo,
¡se lamenta! Ardor sin calma...
Labios sedientos sin poder beber, en un cuerpo
que respira lujuria y exhala perversión.
Su cuerpo febril emana fuego que no se extinguen,
pero en su lecho se apagó la hoguera que antes ardía,
solo queda el frío y la pasión dormida
Su cuerpo flamante le hace freír las venas, se siente
presa en sus pasiones, ¡debe salir!
no hay lugar para ella en la inacción de su habitación.
¿Dónde estarán las manos que asirán su ardor...?
Ella lo sabe y mira hacia esa dirección mientras
sus ojos se pierden en el horizonte...
Datebasa Mantilla
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