martes, 14 de junio de 2016

LLORAMOS


Mamá lloró en la mañana
por mi abuela Emma
que se había enfermado y estaba internada en el Hospital Regional
mamá gritó de nuevo
−¡Cierras los ojos y con eso crees que ya la hiciste!
Me salí de la casa
aventé la puerta
y fui a buscar a  la abuela
le dije que mi madre lloraba por ella
me vio seria, con su nariz roja y chata
vio el suelo
alzó la ceja y  contestó arrogante como suele hablar
−qué ridícula es tu madre−
le di un beso y me despedí rápido
volví a casa
tomé la ruta veintidós
por el camino el sol se me pegó en la frente
y yo tenía ganas de seguir el otro camino de las bugambilias
de llegar y decirle a mi madre que es verdad que cierro los ojos y todo resiste
que es igual que la abuela, que en todo se parecen
que estufa y lumbre
y que cuchara y olla hacen el mismo caldo
que ambas son la misma carne
en el mismo hueso de tuétano y nervio.

Indira Isel Torres Cruz
Publicado en Periódico de Poesía 88

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