lunes, 13 de junio de 2016

EL BARBERO


“Cuando corto el pelo a un enfermo, si presiento que va a morir pronto, no le cobro nada”. Esto, que empezó siendo un simple comentario del propio barbero, con el tiempo, se convirtió en una ley que todos aceptaron con indudable convicción. Por eso, hasta pedirle la cuenta, el cliente sufría un verdadero suplicio que aliviaba cuando se le requería el pago. Si, por contra, le despedía diciéndole: “Otra vez será”, el enfermo sabía que estaba sentenciado a muerte.

Una mañana acudió a su barbería un joven novio que se casaba esa misma semana. El barbero se sintió generoso y, tras cortarle el pelo, decidió no cobrarle nada como regalo de bodas. -Otra vez será- le dijo, y lo despidió. El novio se quedó profundamente preocupado, conociendo la leyenda, acabó por obsesionarse. El día de su boda, ante su tardanza, decidieron ir a buscarle y lo encontraron sin vida, colgado de la viga de su cuarto, vestido para la ocasión.

Isidoro Irroca

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