lunes, 13 de junio de 2016

EL AMOR, ESA PIEL DE TUS MOLÉCULAS


En la ventana de mi piel,
duermen,
acunados por el ritmo cálido y fiel,
de la roja torrentera,
que va y viene al infinito,
los secretos que hacen frontera,
con mi otra piel, tu piel.
Mi piel como pared,
entre la más poderosa y pura
extensión mía, tú;
y estas células que acumulan
siglos de genes,
en sus nidos sabios.
Acumulan siglos de misivas
llenas de lenguajes únicos.
También, y sin aspavientos
que distraigan las líneas de la vida,
guardan restos de caricias increíbles.
Caricias que hacen libertad.
Caricias que hacen fronteras.
Nunca me gustaron las fronteras,
que acortan viajes,
que compran hasta las venas,
que matan en nombre de…,
de no se sabe cuántos kilómetros de llanto.
Me gustaría poder despojarme de esta piel de carencias,
quedarme desvestida de tantas pérdidas.
Abrigarme sólo con la piel,
que ha recorrido todas tus moléculas.

Manuela Bodas Puente (Veguellina de Órbigo, León)
Publicado en la revista Aldaba 30

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