Por los cuartos gélidos de una noche
sonámbulos pies siguen al instinto,
con derrumbe de sillas la memoria
reclama atención, luz de burbujas
con personajes, decorados, voces,
familias emigradas hacia el norte
y niños que construyen juegos propios.
Como hace el viento con los pájaros
sopla, te da impulso, muda tu ruta,
alumbra en un mapa antiguas señales;
ahora aciertas a verte más completo,
una lágrima cae de la nostalgia,
el consuelo es un rostro en el visillo
de aquel niño que fuiste y sonríe.
MARÍA JOSÉ COLLADO ROMERO -Sevilla-
Publicado en Luz Cultural
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