miércoles, 1 de junio de 2016

SONANDO EN LAS VENAS


Eres como un árbol humano
que va incubándose a las magnitudes de las nostalgias.
Y
es
tu
dolor
el que se impregna sobre las orillas del tiempo
hasta bramar en soledad.
Aislamiento…
Que terminas sellando los labios
para que las heridas
no florezcan.
Ni que causen otros efectos
al mismísimo silencio.
Pero
eres
consciente,
de que hay caminos que duelen y otros
que se pueden pasar de largo.
Aunque es evidente
que te empalideces en azules intensos
cuando se decepciona la ilusión.

Fabián Irusta (Argentina)

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