lunes, 28 de octubre de 2013

III

Para morir es sólo necesario
un trámite al alcance de cualquiera.
Vivir es ya otra cosa; es una espera
sin cita ni reloj ni calendario,

aguantando a pie firme, en solitario,
con el alma en un puño. Y no hay manera
de desatar los nudos y echar fuera
un áspero destino involuntario.

Hay que esperar a pecho descubierto,
bien atados los machos, sin que valga
decir que uno no quiso esta aventura.

Y el corazón se va quedando yerto,
sin dejar que el silencio se le salga
ni perder el sabor de la amargura.

Del libro NACIMIENTO A LA MUERTE de RICARDO J. BARCELÓ -Marruecos-
1º Premio, XV Certamen de Poesía Searus, 1992


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