Nací por voluntad propia y porque tenía que nacer. Nací para demostrar al mundo que la vida sigue igual. Y en la primera presencia física de mis miles de copias salí corriendo saltos de alegría e incertidumbre. Más tarde, cargado de múltiples borracheras, descanso en la paz del sexto güiski, siendo el quinto la negación a pisotear señuelos. Nací por voluntad propia y luego fui lanzado a los pies de los caballos. Como todos.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
DE FACEBOOK - 5738 - SÉQUITO
Hace 8 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario