Juan Gelman: La poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía. Esto exige que el poeta despeje caminos en sí que no recorrió antes, que desbroce las malezas de su subjetividad, que no escuche el estrépito de la palabra impuesta, que explore los mil rostros que la vivencia abre en la imaginación, que encuentre la expresión que le dé rostro en la escritura.
Publicado en la revista La Urraka
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