domingo, 18 de diciembre de 2011

POEMAS

Trastornos

Soy lo único que Ifigenia alucina
¡Qué pobreza ridícula
la extremada circunscripción
de su trastorno!
Preferiría ella alucinar
a Gregory Peck o a Cacho Castaña
(adora a los hombres)
Entonces
¿por qué a mí, relamido e inhóspito
alucina Ifigenia?
Preferiría, además de famosos del pasado
[o actuales
alucinar a inteligentes, entretenidos, aventureros
y en cambio debe conformarse con esta
veinteava parte de alguna proyección
o proyecto masculino potable y deseable
¿Qué hago sin proponérmelo
sojuzgándola
imponiéndome a su multitud
de potables y deseables?
Recíprocamente nos resultamos inconsistentes
Si me hubiera tocado padecer su acotado trastorno
me intoxicaría de ignominia debiendo
conformarme con ella, Ifigenia
cuando entre tantas prefiero a las adúlteras esposas
[de mis amigos
a mi única sobrina
a las damitas jóvenes de las compañías teatrales
[de los capocómicos de mi infancia
pero sobre todo venerando yo a alguien de la
[absoluta ficción
en las antípodas de Ifigenia:
La Pequeña Lulú.


Yo también

Yo también he tenido 35 años
e incluso, menos
Yo también he lucido mis pectorales en la playa
e incluso mis abdominales
Yo también he seducido a Libertad Leblanc
e incluso la he complacido
Yo también me he frotado contra colegialas en
[los colectivos
e incluso contra profesoras
Yo también he reventado de envidia
e incluso he envidiado sin reventar
Yo también he sistematizado mis avances
a mujeres en la vía pública
e incluso mis avances a hombres en la vía
[privada
Yo también he sido sobreestimado
e incluso, sobreseído.


Acorde

Pagame
bastante
Acorde
a mi actitud
A la felicidad
que proporciono
a la ilusión.

Del libro Infamélica de ROLANDO REVAGLIATTI-Argentina-

No hay comentarios:

Publicar un comentario