COLUMNASCintura en piedra donde el brazo ausente
no consigue arropar la desnudez;
alegoría de la solidez,
en elegancia de álamo ascendente.
De austero capitel, o irreverente,
como quien sueña en muertos, y a la vez
en la trémula, impúdica embriaguez
de una ofrenda carnal de adolescente.
Yo, columna en que tu ánimo gravita,
tú, capitel que en su relieve grita
ya temor, o pletórico deseo.
A través de cada arco te transmites,
y aún inmóvil, te alejas y repites
en tantos más, que ya sin ti me veo.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Angeles-
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