Aún recuerdo el olor a viento de campo, el olor a viento chocando contra los árboles, olor a río y a hojas muertas de otoño...
Recuerdo el sonido del fuego y de la leña crujiendo bajo el comal y el sonido del café de olla y el sonido de la tierra en remolinos...
Aún puedo sentir el cielo, azul como pocos cielos, y las estrellas, aún puedo sentir las estrellas, todas las estrellas no como las veintitantas que alcanzan a ver los de ciudad...
Y puedo ver, puedo ver en recuerdos, la corteza verde fina de los árboles, de musgo viejo, puedo ver el frío transformando en agua, y puedo ver el calor a lo lejos en el campo...
Puedo oler las flores, las amarillas, azules y rojas flores del campo, y las puedo escuchar, también puedo escucharlas abrazarse con el viento y con el sol y conmigo...
Sólo puedo así recordarlo todo porque hace tiempo que no soy de pueblo, porque hace tiempo que no soy más de pueblo, de tierra, de leña y de humo...
Antonio Francisco Rodríguez Alvarado
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