En una bella copa de oro
te entrego esta bella rosa
como prueba de mi amor,
y de lo valiosa que eres tú
para mi corazón enamorado
como para mi vida personal,
ya que sin tu noble ser
no podría seguir viviendo
si en algún instante futuro
de mi lado ya no estás más.
En copa de oro va mi corazón
con la sangre en esa rosa,
ya que la he regado así
abriendo mi pecho para ello
no importando tanto dolor
el que con tu amor calmaré,
hasta sentir tu cuerpo acá
muy cerca de mi corazón,
latiendo los dos al unísono
en un canto de amor mutuo.
En una bella copa de oro
entrego a ti todo mi amor,
demostrando mi fidelidad
a tu cuerpo como a tu ser,
demostrando frente a Dios
todo ese amor puro y sincero
que siento y sentiré por ti,
hasta la misma eternidad total
cuando Dios nos ha de bendecir
al llegar a su bello jardín celestial,
para continuar amándonos
hasta la misma eternidad.
Claudio Kruger Ahues -Chile-
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