Deja que la dama de la noche
cubra comprensiva
con sus rayos de plata,
las caricias que ocultamos
en la alcoba.
Voy a besar tu suave
y varonil piel de fruta fresca,
con la romántica humedad de mis labios,
en un ósculo eterno a tu memoria,
con la música celestial
de mis ardientes versos;
mientras siento míos
tu corazón y sus latidos.
Cuando las ganas de amar
despierten tus fronteras.
liberaré tu cuerpo del abrigo de tu ropa
y abrigará tu piel la tibieza de mis labios
oprimiendo los tuyos con infinita ternura,
para que seas mío.
y que nos sorprenda el amanecer,
cautivos de los rayos del sol
por las mañanas.
Me quedaré a tu lado
entre tus brazos,
viviendo la resaca
del encuentro.
Cuando el sol cubra nuestro idilio
con el rayo quemante de su esencia;
duerme tranquilo mi amor:
me quedaré a tu lado
para darte mi sombra.
Raquel Alejo -Perú-
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