Dios nos ha regalado un bello corazón,
desde su más hermoso ángel bendito
para traerlo junto a nosotros con amor
transportando la misma sangre de Dios,
en cada uno de sus nobles latidos
transmitiendo todo su amor a nosotros,
a través de su sonido tan suave de amor
cuando logramos escucharlo en su pecho
con esa ilusión de ser bendecidos por él,
al entregarles todo nuestro puro amor .
Un bello ángel tan delicado y frágil,
como el tallo de una dulce flor
que a pesar de su textura débil
como muy flexible ante nuestra vista,
tiene la fortaleza regalada por Dios
para mantenerse siempre erguida
sin permitir ser destruida por nada,
siendo el sustento más resistente
de todo su bello y bendito cuerpo.
Su piel tan suave como una bella rosa
creada por las mismas manos de Dios,
quien le ha impregnado sus aromas puros
directamente de las benditas flores
que Dios posee en su bello jardín,
para que al nosotros palparle con amor
junto a nuestros dedos rocemos su cuerpo
procurando nunca lastimar sus pétalos,
seamos bendecidos con todo su amor.
Una bella rosa maravillosa ha llegado
a cada varón que vive en la tierra,
para que sea guiado a la vida eterna
con el amor de Dios al otorgarle
ese maravilloso don de darnos la vida,
con todo ese amor de su bello ángel
quien ha llegado a esta tierra tan noble
para otorgar con todo su amor la vida,
a cada uno de nosotros los varones
quienes debemos aprender a valorar.
Cada uno de nosotros ha nacido,
directamente desde el bello cuerpo
de un bendito ángel de nuestro Dios,
quien convertido en una bella mujer
ha sido nuestra noble madre, y esposa,
para así prolongar nuestra descendencia
es por eso que deberemos agradecer a Dios,
por regalarnos a su más bendito ángel
que es su más pura flor de su jardín,
en el noble y bendito cuerpo santificado
de la mujer a la que debemos amar.
Claudio Kruger Ahues -Chile-
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