Y te posaste sobre mí,
tu sabías que me harías
un ser feliz.
Experimenté un sentimiento
de ternura y amor que me
estremeció.
No me lo esperaba;
fuiste espontáneo
en tu llegada.
Y observo tu mirada profunda
y angelical, tu rostro me invita
a tener paz y tranquilidad.
Este sentimiento me impregnó
de amor, me conectó con lo
sublime y divino.
Me invitaste a que abriera
mis oídos psíquicos a un
nuevo renacer.
Me presté a aprender,
todo lo que quisiste enseñarme
en un instante que se hizo eterno.
Me dejé arrullar por tu canto que
fue un encanto y me hizo sentirme
plena, ya que poseo el don de sensibilidad.
Pudiste expresarme un sentimiento
Paradisíaco de mayor amor,
al revolotear sobre mí.
Me transmitiste una especie
de ascensión a mi alma;
porque me quedé en paz en y calma.
F. Janeth Elizarraraz O.
No hay comentarios:
Publicar un comentario