Esa ventana de fuego,
jarrones sobre la mesa,
pasos de agua
persiguiendo
flores secas.
El espejo ha escondido
a los profetas,
el libro de la sabiduría
ya no tiene letras.
¡Sus pergaminos gimen!
Suplican a la mancha
que ensucia
a la pared.
¡Son vampiros tras su tinta!
La luna entra sigilosa,
se posa en el salón
acomodando su silueta
de mármol.
¡La noche tiende su celada!
El mortal silencio
atosiga las comisuras
de las puertas,
sus bocas son clavos
sellando el agujero
de los labios.
Un alquimista experimenta
con cien plantas de la India,
de la costilla de un rizoma
ha creado la sombra
de una mujer dormida,
¡Ella inventa el Génesis!
Sus dedos tiñen
aquellas hojas en blanco,
de nuevo, el libro…
¡Quiere ser Diosa!
Entiende la fórmula
de todas ecuaciones,
el origen del mundo,
el final de los finales.
¡Que astuta!
Despeja la “X”
de los confines del universo,
desaparece al mago.
¡La luna se disuelve!
El salón se ha quedado
sin luciérnagas.
La Diosa del rizoma
es una sirena.
El libro de la sabiduría
está lleno de escamas.
Scarlet C
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