La noche es el espejo
de nuestro deseo
de fantasías,
de nuestras locuras
nuestras sombras
se ruborizan
contemplando
cómo nuestros cuerpos
van acoplándose.
Nuestras lenguas
danzan en armonía
nuestros labios
se unen como
un volcán en erupción.
Tus manos se deslizan
con caricias de seda y fuego
quemando mi piel.
nos sorprende
el despuntar el alba
en el mar de agua,
de nuestra piel.
Santiaga Tauste
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