Se construyó un edificio
que despertó un maleficio,
pues era terreno sagrado
donde iba a ser pavimentado.
Había entre los féretros
gente condenada
por unos hechos
que acabarían degollada.
Es un edificio feo
a nombre de Correos,
mal estructurado,
mal organizado,
con gente
cruelmente castigada
por ser corriente
y alguna enfermedad dada.
Quienes se burlaban,
quienes se mofaban,
no veían su reflejo
a través del espejo,
ni en sus propios hogares,
el pensar de sus familiares.
Gente que engaña,
gente que confabula,
y gente, aun peor,
hacen correr bulas
y que son consentidos
pero que en el futuro
serán mal retribuidos.
Crean su propia secta,
a ver la recolecta,
pero los hay que se revelan
y su mentira la congela.
No quisiera formar
parte de estas personas
pues acabarían a parar
en un lugar secreto de Barcelona.
JAUME ALEGRE LASTERRA -Barcelona-
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