jueves, 1 de noviembre de 2018

DELEITOSOS RECUERDOS


De hace más de cincuenta años
de mi Managua han llegado
los recuerdos de mi barrio.
¡De tanta cosas que extraño!

Como unos cuantos platillos,
de nosotros ya muy típicos,
que por la noche vendían
algunas cuantas vecinas:

Era esa porción de chancho
con rico plátano macho
maduro, con el que hacían
sabrosas tajadas fritas;

y aun lado, así servido,
el sabroso gallo pinto;
por supuesto acompañado
¡con un fresco de cacao!

Y el vigorón, por favor,
hecho con chicharrón,
yuca, repollo, tomate,
cebolla, queso, y vinagre

con que se baña al final.
Y luego servido va
sobre unas hojas de plátano
con las que se adorna el plato.

Lo que también apetezco
son esos sabrosos frescos
que vendía Doña Julia,
que en mi paladar se acuñan.

Eran de frutas distintas
las aguas que ella hacía.
Listas para tomarse.
Su puesto estaba en el parque.

Y aquellas frutas distintas
que vendía Doña Ninfa…
había entre ellas: mamones,
icacos, también zapotes.

O esa comida diaria
que cocinaba la Mina…
Diferentes los platillos
¡pero todos deliciosos!

Y del domingo el manjar
era en sí el nacatamal
que hacía Doña Mercedes,
la mejor en tal quehacer.

Un tamal de cuenta hagan:
que lleva puerco, arroz, papas,
y otras cuantas cosas más.
¡Se me apetece en verdad!

¡Ay! todo eso tan sabroso
que en mis versos yo menciono,
agua se me hace la boca
cuando en mi mente se amolda.

María Adelina García Corea

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