Hay tardes especiales,
tardes diferentes...
¡Y a la vez tan iguales!.
Tardes que quedarán ahí
en nuestra memoria.
Tardes que a la vez
que las vivimos,
sabemos con certeza
que no olvidaremos
por mucho que vivamos.
Tardes bajo un árbol,
saboreando su sombra,
frente a un mar
que huele y se revuelve
a primeros de junio,
junto a nosotros
que sentimos su huella,
de otras tardes perdidas,
en su aroma a mar,
su recuerdo y su memoria.
¡Qué también es nuestra!
Hay tardes especiales,
tardes diferentes...
¡Y a la vez tan iguales!
MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-
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