Gracias mi ternura, me robas el alma pura
cuando vas ovillando sueños color esmeralda,
donde la esperanza y la realidad apura y augura,
sosegada en tu regazo y tu amor me respalda.
Gracias mujer divina, fina guirnalda Andina,
vas forjando tu destino con poncho y pollina
junto a la neblina, cosechando de la loma,
donde la paloma espera y tu alma se asoma.
Alondra de los Andes, vas cantando tus penas
al viento que sopla, entre yaravíes y faenas,
dando gracias a Dios por cosecha que colma
tus expectativas, dar de comer a tu alma.
Eres fuerte como el roble, tierna y amorosa,
a tus hijos amas como pétalo de una rosa
y te sacrificas por ellos aunque mal paguen;
sus aromas traen para que te embriaguen.
Eres luchadora y nada aminora tu lucha:
vivir en libertad; como cóndor embuchas
tus sueños con alma y asciendes generosa
entre riscos y planicies de sierra verdosa.
Mujer Andina, gracias por tu doctrina
que afina el alma y el sentimiento trina
con versos que encaminan la conciencia,
ser verdaderas mujeres de prístina ciencia.
Rosa Elizabeth Chacón León/Elizabeth Chacon Stevens -Perú / Estados Unidos-
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