Deslizo despacio los dedos
entre temblores en desacuerdo
con la intención que les sigue,
es esta búsqueda, que insiste
para intentar despejar tus miedos
y cerrar viejas cicatrices.
Tus ojos imploran el tránsito
y empuja el interés acelerado
en que persevera mi boca ansiosa
cuando en tus cumbres se aloja
para tomar aire sin descanso
e insiste en quitarte la ropa.
Desciende el peso de mis labios,
bordea el borde de tus bordados
quiere coser el hilo descosido
donde tus labios subsisten escondidos
para ocultar tantos pecados
como sueños han existido.
Y me abstraigo en un suicidio
de algunos orgasmos escondidos
que, disimulados en tus dulces manos
claman inocentes por su salario
encerrado en el amor
que se ha escondido
entre tu sexo y el olvido,
pero sabes que siempre has deseado
amar... y amar sin dudarlo
más que contigo... conmigo.
Luis Maria Saiz Laso
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