Vela el otoño mi vista
¡las horas pasan tan deprisa!
que he dejado de contar los años
y sigo el camino, solitario,
murió el corazón del artista
cuando murió el amor entre mis labios.
Quedan mis lastimosos desperdicios
en una tumba vacía de cariño
y plena de besos olvidados,
me duele seguir pensando
como nunca me ha dolido
como si me hubiera enamorado.
Pero ya no me queda tiempo
y gasté aquél que no tengo
en batallas que no tenían sentido,
soy un soldado perdido
que desperdició sus sentimientos
y nunca cedió su sitio
para vivir los sueños de los muertos.
No tengo un momento para amarla
tan solo puedo dañarla
con el amor de un cobarde
que llega tarde a todas partes
y en todas partes lo paga
con esas lágrimas amargas
que tras tus besos dejaste,
torno al abandono de mi casa...,
regreso a mis soledades.
Luis Maria Saiz Laso
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