Deambulaba por la ciudad
… y de pronto,
¡Allí estaba esa salamandra!
Decía Jung
que no existen casualidades
solo, Sincronicidad…
¡Allí estaba esa salamandra!
Escapando velozmente
a mi cercanía,
su instinto es el impulso
certero a la permanencia,
correr,
único modo
de sobrevivir
en el implacable
medio urbano,
… y sus jardines
inventados,
pequeños bosques
insertados tal paraísos,
dibujando edenes ficticios
en medio
del caos.
Para ella,
¡Fui depredador!
un peligro acechando
su estadía
… para mí,
¡Fue magia!
Mi click la atrapó,
transmutándola
en halo de luz,
un instante,
eterno.
Dime, salamandra…
¿Hacia dónde huyes
cuándo ya no te ves?
¿Es tu morada un agujero de gusano,
dónde el tiempo juega
a encerrarse contigo?
¿Hay allí,
un péndulo de río?
¿Una grieta gris
con el cielo, amarillo?
En el ala de madera
volaste tal halcón,
rozando la superficie
con tu silueta rayada
¡Te tengo ahora!
Puedo tallar tu escultura
en la pintura
de mi memoria,
observarte en esa imagen
que te ha hecho
inmortal,
silueta efímera
disimulando en mi reloj,
el fugaz
transitar
de mis
siempres.
Scarlet C
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