Quise alejarme de las letras
pensamientos de un arrepentido
vaivenes entre cumbres de estrellas
y la vida ¡un suspiro!
¿Quién escribe mi destino?
¿Por qué me dejaste ser un eterno niño?
Palabras, cuántas palabras
y yo aquí en el laberinto de la vida.
La estrella fugaz me indica tu camino
entre la muchedumbre te buscaba
y eran dos rosas las que me gritaban
¡Llámala, llámala ...! Y en mí solo habitaba
el más profundo de los silencios.
Francisco Javier Díaz Aguilera.
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