Y poco clara es la vida,
vigilados por civiles
armados con sus fusiles
la libertad restringida.
Entre sueños escondida,
y con formas muy sutiles,
se mueven estos reptiles,
hambrientos de la mordida.
Vivo de la fantasía,
aunque amigo te parezca
a ti una gran tontería.
Sueño que desaparezca,
esta prisión de agonía,
y nunca más oscurezca.
Condenado entre barrotes,
hoy me crecen los bigotes
Carlos Puchelar.
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