(Poema místico).
No, no temas a las palabras
si no van acompañadas de acciones.
Cuando una acción trata de perjudicarte,
no temas, confía en tu fuerza interior.
No temas a aquél que duda de tu franqueza;
su viento duerme en pozos de negligencia.
Ten la certeza de que aquello que albergas en tu interior, es el mismo paraíso...
Despliégalo ante el mundo que te mira asombrado de tu sincera realidad.
No temas, no, pues el fuego del amor divino te acompaña y asiste, te ama e inspira.
El ángel de la certeza ha posado sus alas transparentes sobre tu albedrío...
Ya no hay muerte que temer, ni vida que vivir si no es la eterna dicha de la cercanía.
Auyenta el aire de la sinrazón; ese que merma los sentidos y desata tempestades irascibles y corrientes alternas de odios y rencores.
Vibra con la luz de mil auroras boreales y que tu oración matinal pueda hablar al corazón de todos los hombres.
No temas a tus demonios interiores, pues la tentación es humana, pero no caer en ella es de estar en el camino de la perfección.
No temas a los vientos tempestuosos, oh marinero...
La paz y la luz de lo alto, están contigo.
Carmen Azparren Caballero
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