Cuando todo vuelve a su lugar
el tiempo se detiene.
Las pájaros vuelven a sus nidos...
Los niños vuelven a clase.
Las hojas se secan y los árboles enmudecen.
Las montañas se visten de nubes
para que llegue las lluvias con sus trajes grises y con sus paraguas de colores.
El pastor busca pastos para su rebaño.
El pelegrino sigue su camino y las oficinas se llenan de corbatas bien apretadas.
Un paseo tranquilo cruzará todo el parque,
con un libro como acompañante.
El sol es más tímido
y la luna madruga disfrazada.
Todo se viste despacio
hasta el día parece más corto.
Los poetas buscan inspiración
con las ventanas cerradas.
Ahora quien habla es el viento
con los gorriones valientes y los abuelos
de guantes y bufandas.
Todo vuelve hacer como antes...
Los platos con cuchara,
los cuencos con caldos calientes.
Ahora esperamos esa conversación que tenemos pendiente, esa, que para el tiempo solo fue una breve espera.
Aun tenemos palabras que todo lo cambia,
éste es nuestro banco el que guarda la confianza los domingos de mañana.
Él nunca se fue...
Él,que siempre espera tu llegada.
Manuel Franco Garcia
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