Camino de aguas dulces
pentagrama de sentimientos
siendo la luna, la única testigo
de la dualidad contenida
en la pasión de los amantes.
Espejo de agua, sobre ti
puedo imaginar
el reflejo de su rostro.
Añoraba su existencia,
ese vacío me encaminaba
a querer soñarla entre mis manos
cogida de la más fina capa de agua.
Cuánto más cerca,
más lejos parecía hallarse,
difuminandose como onda
que se expande en el río.
Arrodillado frente a la corriente de plata
parecían hasta las libélulas llorar
adivinando mi pensar...
Será la belleza del agua pura
causa de mi forma de quererla,
quizás sea el perfume del bosque
el que me reviva el olor de su piel,
mis yemas rozando la arena
buscan el tacto de su piel.
Cada gota de tan cristalina agua
encierra mi suspiros por ella
¡Mujer, mitad amada, mitad soñada!
Francisco Javier Díaz Aguilera
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