sábado, 9 de junio de 2018

A OSCURAS


Cierro los ojos a mis tormentos
acostumbrado a soñar despierto,
quizá sea culpa de la rutina
que deja que los años pasen deprisa
ausentes de todo sentimiento
intuyendo, que nadie me querría.

Rompió la luz, estas hostiles sombras
y caí rendido entre dos estrofas
que tú dejaste al descubierto
aguardando la intención de mis besos,
esperando el apetito de mi boca,
carente de un pretérito imperfecto.

Fui truhán..., y fui sincero
abusé de mis promesas y de tus celos,
no sabía que andaba perdido,
tan solo vivía escondido
de todos mis desaciertos
de todos mis desconsuelos.

Escondido de mí mismo
para pasar desapercibido
de brazos que se encontraron tan tarde,
¡ay, amor!..., ¡pobres ignorantes!,
amor desconoce su destino
pero se aprovecha de sus sentidos
para poder alimentarse
de esos sueños de amantes
que nunca han existido.

Luis María Saiz Laso

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