lunes, 26 de marzo de 2018

YO SI VUELVO A CAPRI


Aun cuando fue un paso fugaz de turista,
imperecedero me ha de ser tu festivo ambiente,
¡Oh, gema de la Campania italiana!
¡Ínsula encantada que coronas el golfo de Nápoles!
Inolvidable lar de ensueños y encantos.
Te ves siempre despierta y muy festiva.
De callecitas empedradas y bellos jardines
de dalias, palmeras, petunias, pinos, cipreses,
y bellas buganvillas de inflorescencias multicolores.

Desde la rada de Marina Grande
hasta las atalayas de Anacapri,
bien pareces una gran colmena de oro
donde la “dulce vita” se impone.
Con tres copas de tu espirituoso limoncello
paréceme que hasta las rocas y los riscos
te cantan bellas arias napolitanas.

De las urbes bellas del mundo,
eres un hito que haces del vivir:
algo exquisito, algo habitual, nada fortuito.
No son tus playas ni tus riscos
ni tus abruptos farallones,
ni tus fantásticos acantilados albos,
los que marcan tu singular belleza:
es la eterna fiesta internacional
en que pareces tan inmersa,
más la danza que ejecutan tus residentes,
turistas y viajeros caminantes;
y el gozo social, la alegría que trasciende las tabernas;
tu mar azul, tus playas de gravas coloridas
y el desparpajo de las bellas bañistas.
¡Yo si vuelvo a Capri!

ABEL RIVERA GARCÍA

No hay comentarios:

Publicar un comentario