El día que nos encontremos…
será como saborear el añejo vino,
despacio… muy despacio.
Mi corazón rumiando tu nombre,
los días y las oscuras noches,
distante, lejana, prohibida…
y yo, gritando tu ausencia.
El día que nos encontremos…
Sí, comenzaré con tus delicadas manos,
se acariciarán con las mías,
sedas de nubes, tocando almas.
Nuestro abrazo cantará tonadas,
suspiros tiernos enamorados.
Nuestras miradas se dilatarán,
serán lunas rojas, poemas enamorados.
En tu sonrisa alegre y coqueta,
nos embriagaremos de entregas,
insinuantes labios rojos, húmedos,
deslizarán lluvias de besos apasionados,
fundiendo nuestras esencias en llamas.
¡Ya soy tuyo… te pertenezco!
Delicias de miel rojiza, tu piel.
Nuestros brazos surcando en sudores,
caderas, cintura, vientres… todo
Viajando más allá de los soles.
Sublime inmortalidad se siente ,
¡amar y ser amado!
¡El día que nos encontremos…!
Álvaro Álvarez Rojas (aprendiz de poeta) -Colombia-
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